La utilización de los coches eléctricos conectados a la red y controlados por estrategias inteligentes de carga y generación podrían compensar los efectos negativos que las energías renovables provocan en la red (intermitencia, inestabilidad y falta de correlación entre las curvas de generación y la curva de demanda). Los coches eléctricos conectados proporcionarían un sistema de almacenamiento de energía en los momentos de baja demanda, devolviendo dicha energía en las horas de más demanda, ayudando a compensar las faltas de correlación de las renovables y sus intermitencias, e incluso proporcionando regulación secundaria.